De la euforia al colapso. El Real Madrid se hundió en el Emirates y sucumbió ante un arrollador Arsenal, desperdiciando la ventaja de 2-0 de la ida para despedirse de la Champions League. Las madridistas fueron un títere en manos de las inglesas y, aunque aguantaron el empate a cero de milagro en la primera parte, no pudieron contener a un equipo liderado por Alessia Russo y Mariona, que le dieron la vuelta al marcador de Valdebebas en apenas 15 minutos.
En un asedio constante, las londinenses no se desesperaron ante su falta de acierto y mantuvieron el mismo guion durante todo el encuentro. Hasta que en la segunda parte se encontraron con el merecido premio. Russo ponía la eliminatoria en un gol de diferencia nada más volver de vestuarios, Mariona la empataba y, de nuevo, la inglesa aparecía para darle la vuelta, certificando la debacle del Real Madrid, que dice adiós contra pronóstico al sueño europeo.
Las de Alberto Toril buscaban la primera conquista del Emirates que tendrá que hacer el club en las próximas semanas, puesto que el equipo masculino también se mide al Arsenal en cuartos de Champions. No era obligatorio ganar, después del 2-0 cosechado en la ida celebrada en Valdebebas, pero las madridistas no podían especular nada con el marcador si no querían que la eliminatoria se les hiciera larga.
Ante un partido en el que se preveía que el Arsenal dominaría, dada las obligaciones, Toril apostaba por la velocidad en las transiciones. Respecto a la ida, dejaba en el banquillo a la joven Irune para meter a Athenea en el costado. La cántabra venía de hacer un gran partido contra el Barcelona en Montjuic y era de nuevo de la partida ante las gunners. Era el cambio más significativo en un equipo que, tras las rotaciones en el Clásico, se intuía demasiado.
Salía el técnico con Misa bajo palos y una línea de cuatro en defensa formada por Shei, Méndez, Lakrar y Olga. A ellas se sumaba una Athenea con el carril diestro para ella sola, que no dudaba en meterse atrás a la hora de defenderse. En doble pivote lo formaban Angeldahl y Toletti, mientras que por la izquierda aparecía Linda Caicedo. En el enganche era la estrella Weir la encargada de dirigir el fútbol ofensivo de las blancas, con Bruun en punta.
Pero el plan de Renée Slegers era claro. La entrenadora del Arsenal quería un guión similar al de la segunda parte del Di Stéfano, donde consiguieron embotellar a las madridistas. Y en Londres lo aplicaron a lo bestia. Necesitaban un gol y la presión adelantada de las inglesas era tremenda para tratar de encontrar el fallo. Sin que pudieran apenas tocar el balón las madridistas, conseguían, eso sí, aguantar las embestidas de Mariona, Kelly o Foord, que perdonaron el primero.
Se defendían con todo las blancas, que con el paso de los minutos eran incapaces de retener el balón y empezaban a sufrir ante un incansable Arsenal. Hasta el tramo final de la primera parte. Comenzó a salir el Real Madrid de la cueva y estuvo a punto de encontrarse con el gol con muy poco. De hecho, Van Domselaar, en dos ocasiones, y el palo lo evitaron, aunque luego las jugadas quedaron invalidadas por sendos fueras de juego de Linda, que habría que verlos.
Remontada exprés del Arsenal
Y con el Madrid despertando terminó la primera parte, a la que llegaban con el empate a cero, por suerte. No tuvieron la misma en el comienzo del segundo tiempo. Y es que el Arsenal tardó cuatro minutos en igualar la eliminatoria y en el 59′ le había dado la vuelta. Russo y Mariona fueron las encargadas de marcar los goles, en un inicio arrollador de las inglesas. Llamó la atención que, en las tres jugadas, tanto Russo –que hizo el primero y el tercero– como Mariona aparecieron solísimas.
El Madrid comenzó la segunda parte sin ser capaces de aguantar a un Arsenal lanzado. Eran un flan y en dos balones aéreos se apreció. Russo llegó sola al segundo palo y Méndez rompía el fuera de juego. El remate casi a placer acabó dentro y asustaba más a las madridistas, que vieron como en el siguiente ataque de las inglesas, Mariona puso el 2-2 en la eliminatoria. Apareció sola la ex del Barça para sacarse un potente cabezazo con el que neutralizaba la ventaja que las blancas se llevaron de Valdebebas.
Y en un nuevo centro lateral, Lakrar despejaba con la mala fortuna de que el balón pegaba en la cabeza de Catley y le quedaba muerto a Russo, que otra vez volvía a marcar al aparecer sola. El hundimiento madridista se confirmaba y podía ser aún peor. Insistían en busca del cuarto ante un Madrid que no sabía cambiar la dinámica del encuentro y que necesitaba un gol para, mínimo, forzar la prórroga.
Se salvaron de milagro las blancas, puesto que Russo hizo el cuarto. Pero no subió al marcador por el fuera de juego más que ajustado de Maanum, que fue quien asistió a la inglesa. Las blancas pasaban de estar muertas, a volver a tener un hilo de vida de cara al tramo final del encuentro, con apenas 15 minutos por delante. Toril aprovechó para sacar su artillería pesada, con Feller y Alba Redondo, que entraron junto a Yasmim por Olga, Angeldahl y Bruun.
Pero si la suerte no les había sonreído con el reloj a favor, cuando se puso en contra tampoco lo hizo. El Arsenal pasó de arrollar a gestionar el tiempo que quedaba y consiguieron evitar que el Real Madrid generara cualquier tipo de peligro. Y aún así Linda estuvo a punto de forzar la prórroga. En el primer tiro a puerta, que llegó en el 90′, la colombiana estuvo cerca de batir a Van Domselaar, pero acabó confirmándose la debacle de las blancas en una Champions en la que parecían ir lanzadas pero de la que quedan fuera de una manera cruel, dolorosa… y merecida.